El voleibol fue el partido más concurrido en la historia del deporte femenino. 92.003 espectadores asistieron al partido de los equipos estudiantiles (!) de Estados Unidos.
Las entradas se agotaron en unos días y las plazas de pie también se agotaron. Hay una increíble celebración del deporte en las gradas.
¿Qué pasó realmente allí?
Se estuvieron preparando durante varios meses y las entradas de los revendedores aumentaron su precio 16 veces.
Nebraska ha sido fanático del voleibol durante mucho tiempo: los juegos del equipo femenino Cornhuskers de Lincoln siempre se agotan por miles, el club ha ganado el campeonato de la NCAA (National Collegiate Athletic Association) 5 veces.
Este año fuimos más allá: el 30 de agosto se celebró en la ciudad el “Día del Voleibol”. Por este motivo, a los estudiantes de la Universidad de Nebraska se les dio el día libre. El entrenador de los Cornhuskers, John Cooke, bromeó diciendo que esto sólo ocurre en tres ocasiones: “Debido a la tormenta de nieve, al covid y al partido de voleibol en el estadio”. Y luego admitió que lloró de felicidad al menos cinco veces ese día.
El inusual partido se anunció en febrero. Como lugar, no eligieron una cancha de voleibol estándar (no sería realista hacerlo allí), sino el enorme Lincoln Memorial Stadium. Allí suelen jugar al fútbol americano, la capacidad es de poco más de 85 mil personas.
Pero en el voleibol se ampliaron las gradas, incluso hubo lugares para estar de pie. Las entradas salieron a la venta en abril y se vendieron más de 82.000 en tres días. Este es el 4% de la población de todo el estado. Inicialmente, un asiento en las gradas costaba 25 dólares para adultos y 5 dólares para niños, pero los precios de los revendedores llegaron hasta los 400 dólares.
Los Cornhuskers locales se enfrentaron a otro equipo de Nebraska, los Omaha Mavericks, como oponente. Los propietarios del sitio ganaron con un aplastante marcador de 3-0 (25:14, 25:14, 25:13). Sin embargo, este no es el resultado principal del partido de la temporada regular de la NCAA.
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