El 8 de septiembre se produjo en Marruecos el mayor terremoto de los últimos 120 años. Más de 2.000 personas murieron, muchas más resultaron heridas, los socorristas y el ejército todavía están limpiando los escombros.
Por supuesto, el desastre no perdonó a la selección marroquí, que se reunió para los partidos de clasificación para la Copa Africana. Primero se pospuso el partido contra Liberia, pero el partido contra Burkina Faso se celebró, aunque en Francia.
Inmediatamente después de la tragedia, los futbolistas donaron sangre para las víctimas del terremoto: Ashraf Hakimi, Abde Elzalzouli y muchos otros se convirtieron en donantes.
“Es lo mínimo que podemos hacer ahora”, explica el entrenador Walid Regaghi. “La selección nacional debería ser un ejemplo para todos, ahora se necesita mucha sangre”. Hakimi añade: “Donar sangre es responsabilidad de todos para salvar tantas vidas como sea posible. Tu ayuda es simplemente necesaria.”
El equipo también se comprometió a donar a organizaciones benéficas todos los bonos y bonificaciones que recibirá el equipo antes de la Copa Africana.
Ya el martes 12 de septiembre, la selección marroquí jugó en el estadio del Lens francés. Antes del partido amistoso contra Burkina Faso, todo el estadio cantó la primera sura del Corán.
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